Definiremos
al temperamento como: la forma de comportarse o reaccionar
frente a situaciones o estímulos.
Los criadores, expositores, adiestradores, presentadores
y aun los propietarios de mascotas desean tener perros
con “BUEN TEMPERAMENTO”.
Este artículo trata de explicar
en forma muy sencilla, para aquellos que no tienen conocimientos
sólidos en la materia, la base genética
del temperamento y la influencia del medio ambiente. Sin
lugar a dudas el criador es el responsable directo de
la parte genética y el medio ambiente (donde está
incluido el hombre) será el responsable final.
Todos los seres vivos heredan el
50% del material genético del padre y el otro 50%
de la madre, por lo tanto si bien podemos tener parecido
con nuestros progenitores no somos iguales a ellos.
Ese material genético que heredamos está
representado por “genes” y cada característica
siempre tiene por lo menos 2 genes que la forman (uno
aportado por el padre y otro por la madre).
A su vez esos dos genes compiten por expresarse, de allí
que existen “genes dominantes” (los que siempre
se expresan) y “genes recesivos” (que solo
se expresan cuando están junto a otro recesivo).
Como ejemplo práctico diremos
que en el perro el color de ojos oscuros es dominante
sobre el color claro, si un cachorro hereda un gen dominante
del padre y uno dominante de su madre manifestará
color de ojos oscuros, si por el contrario hereda ambos
genes recesivos tendrá ojos claros y por último
si hereda un dominante y un recesivo tendrá ojos
oscuros puesto que el gen dominante oscuro tapa la expresión
del recesivo claro.
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ojos
oscuros |
ojos
claros |
ojos
oscuros |
En aquellas características donde solo interviene
un par de genes es relativamente fácil predecir
lo que obtendremos, pero sucede que la mayoría
de las características que les importan a los criadores
(angulaciones, altura, temperamento, etc.) están
formadas por muchos pares de genes - características
poligénicas - y esto implica que no es tan fácil
predecir el producto final.
Supongamos que el siguiente esquema
representa al poligen del temperamento y sabiendo que
el temperamento sociable está dado por genes dominantes
(círculos negros), mientras que el no sociable
corresponde a genes recesivos (círculos blancos)
veremos que sucede en estos dos ejemplos:
genes del
padre |
genes del
madre |
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10 de 12 genes son dominantes.
El cachorro tendrá temperamento sociable. |
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genes del
padre |
genes del
madre |
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8
de 12 genes son recesivos.
El cachorro NO tendrá temperamento sociable
. |
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Los criadores deberían poner el mismo énfasis
al practicar la selección y los sistemas de cría
en esta característica así como lo hacen
con tantas otras para lograr excelentes ejemplares de
estructura y belleza, un perro no será “excelente”
si no posee buen temperamento.
Queda claro que si cruzamos con un ejemplar con temperamento
NO sociable por mejor estructura que tenga incorporaremos
en los cachorros genes recesivos que nos darán
la posibilidad de adquirir esta característica
no deseada, por lo tanto a la hora de hacer la selección
tengamos también en cuenta el temperamento como
una virtud más.
La heredabilidad es la proporción
de la característica poligénica que está
determinada por factores genéticos y en el caso
del temperamento se sabe que es de un 30 a un 50% y el
resto lo aporta el medio ambiente, quiere decir que un
temperamento sociable heredado puede ser modificado por
el medio ambiente para mejor o peor y viceversa.
Ahora sabemos que el temperamento
está dado por una proporción heredada en
un poligen más la influencia del medio ambiente,
por lo tanto la socialización dependerá
de ambos. El perro que hereda genes de agresión
no siempre mejorará con socialización. Por
otro lado un perro con buen temperamento puede volverse
tímido si es descuidado y maltratado.
En conclusión los criadores son los responsables
de criar cachorros con un temperamento sociable, el medio
ambiente podrá modificar lo heredado para mejorarlo
o empeorarlo.
No olvidemos que el hombre forma parte de ese medio ambiente
Artículo publicado
en la revista Dog King Magazine, Año 2, N° 3,
noviembre 2006. |